Este cuento os lo podéis contar vosotros mismos con vuestra imaginación, basta que imaginéis que un día algún blog famoso sobre tecnología o diseño (o ya no un blog, ¡sino un periódico digital o algo así!) un día de repente publicasen:
“Me estoy tirando un peíco bueno”
Y dejaran de publicar para siempre, como si nunca hubieran existido.
(O incluso que siguieran publicando, como si nada).
Yo me tiro peicos buenos todo el rato y no me lo publican en ninguna parte, coño.
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