Una tía tiene dos sobrinos, y por uno de ellos siente una clara preferencia. Para navidad regala a los dos el mismo juguete. Los dos le dan las gracias, y le dicen: “¡Qué guay!”. La tía sonríe amablemente al menos querido, y al otro le comenta: “¿A que sí? Y mira qué colores…”.
La tía le ha regalado al menospreciado su culpabilidad.
Alumbrado Público
Hace 9 años
Bienvenida a la casa de Muñecas.
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