"Hola, mundo"
Eso me lo dijiste agachando la cabeza. No porque fueses tímido, mucho menos porque sintieses pesadumbre, muchísimo menos porque esperases castigo. La agachaste, así de simple, porque estabas encima, y yo, debajo.
Me sorprendió que me reconocieses, más todavía que me hubieses visto. Siempre me escondo muy al fondo, me arqueo y transformo bajo tus dominios.
Pero, ¡ay, qué fácil es ver cuando uno mira para abajo! Porque no es difícil mirarse y lo raro es no hacerlo.
También me dijiste "Eres libre de hacer lo que quieras, pero voy a matarte"
Alumbrado Público
Hace 10 años
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