viernes, 20 de febrero de 2009

Honey

El análisis lleva, en muchos casos, a la tristeza. El orden es lo bueno y es lo que es, y cuando analizo y encuentro un fallo o un desconocimiento me veo obligada a tachar todo el ejercicio. Se nos obliga a maravillarnos ante la virtud y a obviar el fallo para ser felices, pero yo no veo por qué tengo que maravillarme ante algo que es normal y a pasar de largo ante lo que no encaja. No me divierte deleitarme en la visión parcial del paisaje que muestra una sola de las piezas del rompecabezas (curioso significante el que habla de romper, cuando el propósito es unir) y elijo la tristeza derivada de sumirme en el error para intentar solucionarlo sabiendo de antemano que no encontraré la solución o el método correctos.

Como profundamente soy analítica, profundamente borro todos los ejercicios que hago (niego a las personas) en el intento no de alcanzar el conocimiento, sino en el de devolverle a la realidad aquella pieza que le fue sustraída. Quiero pensar, o pienso, que también lo humano es abstracto y matemático, y ando triste porque estoy jugando a un juego cuyas reglas desconozco.

Como cuando puedo respirar no soy analítica, superficialmente pinto la realidad de modo impresionista, y con ello: risa, bienestar, condescendencia, abrazo.

7 comentarios:

  1. Me gusta el nuevo tono de este blog, no sé si adquirido conscientemente o no por su autora. Tajante como antes, pero menos grave. Y a mí me parece bien, porque nada es grave, nada es tan grave.

    ¿Por qué la virtud es algo normal? ¿Es normal?Qué gracioso lo del rompecabezas, nunca lo había pensado. Pero supongo que viene de 'romperte la cabeza pensando cómo unir'.

    Mari Cruz.

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  2. La virtud, entendida como lo correcto, es normal porque sigue el orden natural de las cosas. En una suma 2 + 2 = 4, el resultado correcto, que sería la virtud, es lo normal. Si el resultado fuese 6, el resultado es un error, y los errores no son normales y precisamente por eso hay que "romperse la cabeza" intentando solucionarlos. Con las personas ocurre muchas veces algo parecido: tienen infinidad de virtudes o soluciones correctas, pero en un momento del análisis (problema) te tropiezas con un fallo y es ese fallo, en lugar de las numerosas virtudes, el que te ronda la mente y el que te produce la tristeza, porque son errores mecánicos que no alcanzamos a comprender.

    Una vez alguien me dijo que parecía que sólo veía sus defectos. Yo le dije que para qué resaltar tanto sus virtudes... Al fin y al cabo escogemos a las personas por ellas, y en la simple elección está la grandeza, en ese simple acto ya se percibe el amor. Con el tiempo se empiezan a echar cosas en cara... No digo que sea bueno hacer eso, pero es lo que ocurre cuando se analiza, pues siempre se encontrará un fallo (todos tenemos defectos, bla bla).

    Sí, lo del rompecabezas viene a decir que para unir una cosa es necesario romper otra. Y quizá sea cierto, no lo sé, aunque sigue pareciéndome una forma muy brusca de describir un proceso analítico.

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  3. De todas formas, entiendo que es necesario para la supervivencia del amor, del abrazo social, recordar las virtudes que te llevaron a unirte a otra persona. Es lo que provoca la felicidad o el bienestar, eso por descontado.

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  4. ¿Qué usas para borrar, Pepa, Milán o Nata?

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  5. La nata siempre termina en mi boca, no me vale para borrar.

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