lunes, 28 de diciembre de 2009

Cuántas veces cosquilleo en la nuca y nadie detrás

Cuántas veces estaba mirando lo que hacías, estando tú de espaldas o supuestamente concentrado haciendo cualquier cosa, y justo cuando mirabas hacia mí, yo me he hecho la dormida, o he mirado para otro sitio, o he puesto cara de baladí o de baladón. Cuántas veces he interrumpido gestos secretos cuando ya iban a dejar de ser sólo míos, para pasar de algún modo a ser nuestros. Y cuántas respiraciones amargas, cuántos ojos desviados, cuántas bocas torcidas, cuántas manos nerviosas, cuántos intersticios de conciencia habremos sabido el uno del otro, sin que el otro se enterase. Seguramente nos hayamos mirado mucho más de lo que nos atreveremos a reconocer.

Últimamente siento un gran interés por todas las cosas no oficiales de la vida: la comunicación malograda, las palabras que siempre significan cosas pero no siempre logran llegar, las obras inacabadas. ¡Jajajajaja, qué rarezas!

domingo, 27 de diciembre de 2009

:-)

Es raro, porque se supone que lo normal cuando se tropieza es recomponerse y seguir andando. Pero hay veces, no sabemos por qué, que nos paramos a mirar: las características de la piedra (forma, tamaño, color, textura) y su significado. ¡Lo que son los entretenimientos, oye!

Probablemente, Carlos Baute sea quien controla todos mis movimientos

Pienso en que no soy capaz de controlar mi propia voluntad e imagino que alguien me reprocha “Pues yo soy mi propio Dios”. Y pienso en que yo soy Dios, pero ¿mi propio Dos? Mi idea de Dios es una intuición, pero sospecho que Dios es un conjunto infinito, una matriuska divina y eso. El dios del dios del dios del dios. Y entonces yo soy Dios, y resulta que, ¡y fíjate quién soy!, soy incapaz de controlar mi voluntad, mi pensamiento, mi acción.

Escribo poetas de mi puño y letra.

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Mira, nosotros hemos sido herederos de las conversaciones de Constantinopla, de los héroes paganeos, de las imágenes tempranas y eso. Allushú ignáru.

Cuento las veces que tu no supieras que sigo llorando y entonces sigo llorando.

Si no sé que no son míos, entonces es como si fueran míos.

Etiquetas de esta entrada: por ej., motocicletas, vacaciones, otoño

Me gustaría saber cuáles reglas se utilizan para definir las cosas. Si el veneno es veneno per se o es veneno sólo si cumple su función de envenenar. Sustancia capaz de.

Y luego, qué hacer con la ponzoña frustrada. Con esa sustancia que es qué.

Qué manía de que las cosas parezcan otras cosas, cuando yo sé que el mejor disfraz es el que no se lleva. Es muy probable que la desnudez sea una de las cosas más raras, bellas y dolorosas que existen. Una vez más tengo la sensación de haber ganado, aun cuando

sábado, 19 de diciembre de 2009

.

Cómo se le llama a ese sentir cuando sientes que tienes cada vez menos control, o menos conciencia. Ese notar que algo dentro de tu maquinaria está roto, o puede romperse en cualquier momento (y con ello, efecto dominó). Sentir el miedo por cada segundo, por cada segundo, por cada segundo. El sentir que los segundos quizá nunca cesen. Sentir el tiempo que es pensar: ¿en qué tic, en qué tac será? Sentir el tiempo que es esperar.

jueves, 17 de diciembre de 2009

[]

1a: Los hijos de la gente pijoletis pueden permitirse ser actores o sino cantantes. Pero los niños de las familias más normalitas aprenden a los 15 años a querer ser profesor, enfermera, ayudante de dentista, peluquero, médico. Es que sería raro ver a un niño de una familia ¡ya no pobre, sino normal! empeñado en ser cantante o actor o artista multidisciplinar. ¡Venga ya, hombre, que estás flipao! ¿A qué sería raro? [pausa. respira] Pues eso, que los otros sí que pueden decir: “Yo es que prefiero ser actor o… ” [aspira los mocos] [una vez aspirados los mocos, sigue sin terminar la frase] [supira tranquilamente]

[Hay una pausa larguilla]

2a: ¿Qué momento más raro, verdad? Estaba esperando que terminases la frase

1a: Ya, ha sido raro.

3: Tío, de verdad, ¿qué estáis diciendo?

1a: [mira hacia arriba] ¡Las moscas, las moscas! Veo las moscas y pregunto: ¿Qué dices, de qué moscas habláis?

miércoles, 16 de diciembre de 2009

A qué jugamos

Tú buscas el laberinto para así poder librarte del monstruo. Porque el laberinto es una forma de enfrentarse al monstruo (tiene escondistes, sirve para despistar a la presa).

Yo busco el monstruo para poder librarme del laberinto. Sé que el laberinto tiene su encanto, un encanto atroz.

Lo veo ahí. Con su yogur. Se lo podría estar comiendo solo, en su habitación, o solo, mientras ve la tele. Pero se queda ahí porque quiere estar con gente, no porque en realidad lo desee (es mucho más cómodo comérselo estando solo, pensando uno en sus cosas), pues ni siquiera participa en la conversación. Sino por esa necesidad de intentar sentirse abrigado, aunque solo sea por unos minutillos al día. El contrato ese que te dice que hay que pasar tiempo con la familia, hablar con ellos, que la soledad no es buena. Y yo lo veo ahí sentado, desde la soledad de mi habitación, y me da algo de pena. Y lo veo tan bello, tan frágil. Y me dan tantas ganas de besarlo, o quizá de jugar con él, de burlarnos el uno del otro, de hacernos reír, de pegarnos, de odiarnos y desodiarnos, de ser hermanos.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Color, dolor.

Si lees este mensaje, dejará de estar dirigido a ti

No sé si es verdad o no lo que digo, lo que sé es que es verdad.

El libro se llama el arte de tener razón, no el arte de aparentar tener razón. La razón no se tiene, la razón se sostiene. La razón es un hilo que funciona perfectamente (es decir, no pierde su capacidad de ser un hilo) en cualquier sitio donde este se coloque. Y “la cosa” del juego no es colocar el hilo en el lugar correcto, lugar que no existe, sino hacerse con el hilo. Cogerlo, tocarlo, saborearlo un poco, y soltarlo de nuevo y marcharse, y dejar sitio a los demás visitantes que vienen a ver la jaula del animal salvaje y quieren meter la mano, a ver qué pasa. Sí, es verdad que el libro se llama el arte de tener razón y no el arte de sostener razón, pero es que lo de tener fue una mala traducción del alemán.

El juego es ganar. Buscamos ganar, ¿pero qué hacer una vez has ganado? ¿Qué hace un rey destronado al que le han entregado, regalo de consolación, un solo juguete roto? El miedo del rico es perderlo todo, el miedo del pobre es perderlo todo.

Es el padre que se casa con una mujer que tiene un hijo y se muere la mujer, y se queda él con el hijo que no es suyo, que más bien era una carga. No puede abandonarlo, porque, ¿Cómo dejar huérfano al niño? Y entonces lo mantiene como puede, pero deseando en realidad que el niño se marche cuanto antes de su lado. Diplomacia. (Estados Unidos - Filipinas).

El alcohol es un brebaje mágico. Poción curativa, veneno mortal, afrodisiaco placeres. El camarero brujo que vuelca en un tubo transparente y alargado un poquito de esto, un poquito de lo otro.

El mensajero, maratón, que muere nada más dar el mensaje. El toro de Córdoba. El virus que necesita comer y que cuanto más coma, mas se muere. Y sabe que es un virus y reniega de su condición, pero sigue siendo un virus. El virus nació para matar al cuerpo del que se alimenta, es decir, el cuerpo que a él le sirve como soporte para estar vivo. El virus está hecho para matar su entorno y con ello a sí mismo.

Hay un aspecto, un matiz donde no hay matices, donde la esencia diluye cualquier pero que fuera a ensuciarla un poco. Y el verdugo es verdugo y la víctima es víctima, siempre, aunque sea la víctima primero la que sugiera y después la que suplique: “Mátame”.

Los jeroglíficos son jeroglíficos, pero significan cosas. A lo mejor nunca dejo de ser un individuo (en todos los sentidos, incluido el -“¡Pero qué individuo estás hecho!”- y cosas así despectivas), y eso, lejos de recordar la emoción que me produce (gusto o disgusto),

España es el infante que se sonroja ante el piropo y la sensualidad de su amante adulto. Es el niño avergonzaíllo. España es el rey destronado, el niño con un solo juguete roto. El mundo está a punto de morir, nosotros somos el virus suicida. No es un imperio que se derrumba, sino un imperio que se derrumba. El rey de la selva es solo el que no sabe que es rey de la selva.

Leo sobre los virus: Otros biólogos los han descrito como organismos en el borde de la vida, en el límite entre la materia viva y la materia inerte.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Ojos

"Puede que algún día conteste esa pregunta..." Y se ríe, porque está nerviosa y además se lo hace (se lo hace para decir: sí, estoy nerviosa, pero quiero que sepas que sé que sabes que estoy nerviosa). Total, que está ahí demostrando su nerviosismo y su ignorancia, y al final le dice entre risas: Y ese día por lo visto no va a ser hoy.

jueves, 26 de noviembre de 2009

La pum de la pum de la pum de la pum

Mirarme al espejo es algo peligroso. Toda mi atención, todos mis gestos para el espejo. Cuando me miro al espejo, yo soy del espejo. Me imposibilito para pensar otras cosas, hacer otras cosas que no sean mirarme al espejo. Cómo un reflejo me entretiene tanto.

No sé si quiero verme, ¿acaso existo? Quiero ser para mí misma el misterio que jamás se desvela, pues eso, en realidad, no me interesa tanto.

Algo que al menos un solo individuo es capaz de entender, es también susceptible de poder ser entendido por el resto de individuos.

"Eso es mentira", me dice con palabras en los ojos

Digamos que en una novela ya está pensada de antemano la trama y todo eso. Pues bien, puede que la trama se desarrolle en forma de diálogo, por tanto el escritor pone en boca del personaje todo lo requerido para el desarrollo de la novela. Tiene cosas que decir, y va a decirlas. En los diálogos de novela ocurre que cuando uno dice algo, nadie le interrumpe y todo el mundo lo entiende. En el caso de que alguna parte de su discurso no haya quedado muy clara, el interlocutor pregunta, para despejar sus dudas y acaso las de otros, pues el interlocutor “sospecha” que en esa conversación hay más ojos que prestan y a los que hay que prestar atención.

Sospecho que en la realidad nadie tendría un interlocutor tan entregado, y me pregunto por qué si el autor quiere retratar la realidad en los diálogos, crea conversaciones tan inverosímiles. Por otra parte, sospecho que el autor lo que busca es contar una historia, y no retratar la realidad tal y como podría ser, así que vuelca el tablero de la realidad (en beneficio de su historia), pues a él sólo le interesan sus piezas que, utilizadas de tal o cual manera, sirven para otro juego. ¿La realidad en el cuento, o el cuento en la realidad?

Podrán decirme: Bueno, no refleja la realidad cotidiana, pero sí la realidad del pensamiento, del pensamiento dialéctico. Eso es mentira, porque el método dialéctico existe, pero el pensamiento dialéctico… Por ejemplo, podría decirse que los diálogos en Platón no son más que una forma literaria de representar el método dialéctico de nuestro pensamiento, esto es, que los diálogos de Platón son en realidad el monólogo de un mismo individuo. Y eso es cierto, pero

No me quedaba satisfecha si por entre los muros de mis letras se escapaba algo de aire. Como los muros nunca pudieron ser del todo gruesos y eficientes, dejé de fabricar muros. Ahora estoy con cosillas más transparentes y, bueno, me va mal en la vida. Transparente significa que lo ves todo, ¿pero qué es todo? Si estás viendo todo, ¿qué estás viendo? Todo. “Todo”, vale, ¿pero y eso qué es?

Nunca sabré en cuántas de mis ideas estuve equivocada, si acerté en alguna?

martes, 24 de noviembre de 2009

Vivo en muerte

Como una mano que se abalanza (con una servilleta o un papel para no mancharse, porque le da asquillo) sobre el mosquito, así la mano de dios caerá sobre nosotros.

Él fue tan pequeño (en ese momento)… Los nervios que a él le azotan implacables a mí no me afectan. Él es tan pequeño a veces, se quiere tan poco. Quizá es poco sincero. Quizá ha sufrido mucho en la vida o ha visto en sueños el cadáver de su hijo (que no tiene pero que quizá algún día tenga) de 20 años ahorcado, o su cuerpo chafado contra la acera. Quizá vio, siendo un niño, los arañazos que su padre dejó marcados en la pared con sus uñas milisegundos antes de que su cabeza explotara contra unas losetas de patio interior.

En cierto modo los detalles son la suciedad que es polvo

El baile como personas que dan saltitos que son pulgas bailarinas. El bailarín se pasa un tercio de su vida durmiendo y un cuarto en el cielo. El bailarín repite los pasos y encuentra satisfacción en seguir la coreografía. Serie de repeticiones, poner caras, ser feliz. Me suena de algo y de lejos.

El detalle de las cadenas es la llave.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Comunicando

Las palabras son como ropajes que se hacen para abrigar a los conceptos. Quiero poder tejer una prenda que se le pegue al cuerpo, que se adapte a sus formas exactas. Sanguijuelas de lana.

La comunicación pura no existe sino es en el contacto directo entre dos almas. En la conversación ordinaria, la boca traduce lo que dice la mente y la comunicación entre bocas parece más una conferencia, un simposium lejano, que un verdadero intercambio, o comprensión, entre seres. Pocas veces, por no decir ninguna, habremos sido uno.

Prendas holgadas, abrigos de nadas.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Apuntes sobre el gesto de caerse y volver a levantarse

En humor: el borracho que llega y apoya su codo en la barra, pero falla y cae. Y vuelve a subirse, rápidamente y como si nada, hasta que se coloca en la misma posición. Algunos incluirán el gesto de pasarse una mano por la cabeza, como recolocando un peinado.

La palabra humor es tan pesada. Tragedia suena mucho más gracioso.

En cosas serias: El héroe que cae en la lucha y vuelve a levantarse, lo que lo convierte, todavía más, en héroe; y el tonto que nadie creía que fuera a levantarse pero que, finalmente, se levanta, lo que lo convierte, todavía más, en tonto.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Escriba aquí su nombre y muéstreme cómo me llamo

Hoy he pensado que la honestidad que yo busco no es la honestidad de aquellas personas que no cometen actos inmorales. La honestidad que yo busco es aquella en la que, a pesar de cometer errores (que son los actos inmorales), los aceptaré con todas sus consecuencias. Y seré honesta no en la medida en que ofrezca mi honestidad a la sociedad, sino en la medida en que me ofrezca honestidad a mí misma. Solo así lograré ser auténtica y venir a cumplir la misión que me fue encomendada.

Mi misión es conseguir, a través de tanteos, un estilo propio en el que mi actividad creadora me defina con la autenticidad que se supone que ha de tener un ser humano. No es que escriba o haga lo que me salga del coño. Eso por descontado. Escribo aquello que es necesario en el camino de mostrarme tal y como soy, en el camino de entregarme profundamente a través de una actividad creadora. Por eso surgirán los fallos y las incoherencias, y las inconexiones y tal. Pero esos fallos serán necesarios en la medida en que me muestran a mí misma tal y como soy, en la medida en que me permiten acercarme al mundo y a ti, en la medida en que escribir estas líneas prácticamente vacías me supone dar amor. Quizá el arte sólo es de verdad si es un arte que otorga amor, un arte que abarcando el universo, toma una forma distintiva a través de un solo individuo.

¡Yo me creo a mí misma muchísimo, me creo tanto…!

A veces escribo frases incompletas, oraciones sin verbo (verbo como núcleo, no como palabra) y las guardo hasta que algún día vuelvo a mirarlas. Entre ellas encuentro muchas que tienen una relación que yo nunca pude hilar de la manera correcta, y mi trabajo debería consistir en saber unirlas y estructurarlas para fijar mis nuevas ideas (que son como barreras) y celebrar un adviento o una cuaresma mental donde me preparo para saltarlas, con menos esfuerzo (con más conocimiento) que si me las hubiera encontrado de repente, sin prevenirlas.
El caso es que no se me da demasiado bien unir o hilar. Y mientras ahí estoy, parada, notando cómo mi corazón se desboca al encontrarse en la soledad más profunda que es la que se da cuando sólo hay pensamiento, cuando la quietud es del todo imposible y surge un error, un maremoto que acaba con lo único que tengo. Tengo muchísimo miedo a la muerte no-fortuita. (El maremoto no es fortuito porque no viene de repente. El maremoto es el error y la muerte y surge de una necesidad latiente que ha estado ahí durante un tiempo indeterminado, con la seguridad completa de que algún día efectuará su salida).

Prometo saber diferenciar las partes, prometo intentar moderar un debate en el que todo el mundo habla y mueve los ojos y nadie participa, porque participar es darse y darse es pensar, y darse es pensar por encima de todas las cosas que ocurren y evadirse del mundo, y estar solo en una nube sin moverse. Odio mover los ojos. Creo que los ojos me asustan y por eso siento la necesidad de moverlos todo el rato, porque todo lo que asusta, asusta más en la quietud.

No sé, pero la quietud me parece una cosa rarísima.

"¿Eh, me estás escuchando?" Sí, tranquilo, puedo escucharte al mismo tiempo que hago croché. Eso sí, lo que no puedo es escucharte al mismo tiempo que te escucho.

No todo está hilado. Hay momentos que se encadenan con otros a través de, simplemente, respiraciones.

La realidad nace de los sentimientos, precisamente porque la realidad no existe.

Contar la verdad no es contar las cosas tal y cual sucedieron, como si tu ojo no fuera tu ojo sino una videocámara. Contar la verdad es contar los hechos tal y como fueron para ti que los viviste. Es tal y como fueron en el sentido de la importancia que tú les otorgaste. Es contar las cosas tal y como tú las viviste porque no creo que las cámaras puedan contar la verdad porque las videocámaras no tienen sentimiento ninguno.

Mutación

(Nunca se escribirá nada que describa el ejercicio de pensar porque el pensar es poesía prematura y en ebullición y las poesías prematuras no están preparadas para nacer, escribirse o comerse. Puesto que la escritura supone la fijación del pensamiento, y el acto de pensar no es fijo, se mueve. Yo trabajo con esas poesías prematuras. Tampoco se escribirá nada que describa el ejercicio del pensar porque eso requiere toda la atención por nuestra parte y eso es algo que es imposible dar.)

- La imagen es la vida y la escritura es la fijación de la vida. Si la fijación supone cárcel, (pues es la ausencia de movimiento), ...

- La fijación supone la ausencia de movimiento, pero el movimiento no supone libertad, porque no existe aquello que llaman libertad de movimiento.

Alargar temporalmente, ¿Significa que lo alargas durante un tiempo y luego lo desalargas, o que “se alarga en el tiempo”?

Puede decirse que todo hecho es resultado de una elección anterior. He decidido aprender mi idioma > he decidido aprender una serie de connotaciones comunes en mi cultura para desenvolverme en ella con desapego e individualidad pero al mismo tiempo sabiéndome miembro de una especie de “unidad común”>he decidido un largo etcétera hasta llegar a >he decidido ver la tele (por ejemplo).

Así, si una persona contase por qué realmente ve la televisión, por qué tomó esa elección, se daría cuenta de que no ha sido una sola elección, y de que ni siquiera ha sido suya. Fueron una serie de elecciones inconscientes, fortuitas y fatales que le llevaron a esa circunstancia (en este caso, la de ver la tv).

Porque una persona nunca habría podido decidir ver la televisión si antes no hubiese decidido comprarse una, por ejemplo. Ni si antes no hubiese decidido que quería tener una tele, porque también sus amigos la tenían (insisto en que es un ejemplo, por favor no se tome en cuenta). El caso es que estamos continuamente tomando elecciones. Elegimos respirar, por ejemplo. Me dirás que no, que respirar es un acto inconsciente e involuntario… Pero es que las elecciones quizá sean actos inconscientes e involuntarios, precisamente eso. Y se sucedan tan a prisa la una a la otra que sea imposible de distinguirlas, de separarlas, de discernirlas. Jajaja, y luego en definitiva todo son decisiones tomadas a cada segundo, a cada milisegundo, tan yuxtapuestas que forman una continuación. Una continuación que no se aprecia porque no es brusca, porque es armoniosa y es cosa fina como de dioses.

Game

Cómo mirarte a los ojos, si solo tienes tantos ojos que deslumbran. Fíjate si tiene poder mi mirada que su ausencia significa tu ausencia. Tu mirada también tiene ese poder?

Me gusta el signo de interrogación al final de la frase, como hacen los ingleses?. No se sabe que una pregunta es una pregunta hasta que se llega al final, como una película de suspense del conocido, como un final esperado. “Cómo iba todo a seguir igual”, dijo el guionista, que no era consciente. Nada cambia, sólo crece?. Es el aumento el cambio?.

¿Tiene todo el mundo poderes de mago? ¿Cómo hace la nada para tener tantos compartimentos, para ser tan divisible?

Tengo miedo de que todo se borre, sebo, sé, .

Mis ojos que miran a los ojos que miran a tus ojos que miran. Tus ojos qué miran.

Ahora eres grande. Pero cuánto me necesitabas cuando no eras grande y necesitabas que alguien aplaudiera tus gestos y riese tus gracias. No sé a qué temo más, si al aplauso desmedido o a la ausencia de aplauso.
Nunca serás grande realmente si sigues teniendo conciencia de que existo.

Los ingleses no saben que una pregunta es una pregunta hasta que llegan al final?
No, porque los ingleses construyen, desde el principio, de una forma especial las preguntas.

Nada cambia, sólo crece.

jueves, 29 de octubre de 2009

Hay una forma muy rara en la puerta

Creo que una de las diferencias básicas entre niños y adultos es el tamaño. Al niño se le ofrecen muchos refugios en los que esconderse (bajo mesas, bajo camas, “escondidos” de pie tras la barra del bar) y también muchas formas sobre las que saltar o escalar (sobre mesas, sobre camas, por las rejas de las puertas grandes y las verjas). Y el niño explora y se esconde y explota. Y ya ni escala ni se esconde porque vive a base de flashbacks y de flashforwards y sólo le apetece tumbarse y descansar.

viernes, 23 de octubre de 2009

Mácula pura

Qué importantes son las series de televisión. Consiguen alimentar al ser humano de todas las palabras que podrá decir a lo largo de su vida. Con ver una sola temporada de cualquier serie de tv estamos preparados para enfrentarnos a un desamor, a un vacile, a una mirada inquisitiva. Lo mismo ocurre con los libros, la televisión, los oradores, la escucha atenta a esto y lo otro. Uno no es el mismo cuando descubre, tras ver cierta película, que las palabras pueden resultar cruciales a la hora de conformar con nuestra imagen. Decir cosas bonitas y con sentido, de tal forma que parezca sonar la música de John Williams de fondo. Los que no leen libros puede que nunca alcancen a expresar con su cuerpo tanto “lirismo” o “poesía”. Y yo pienso que la mayor poesía son tus miradas tímidas, tus intentos básicos, tus gestos que sin saberlo llaman a mis gestos.

Marcial (el de “Médico de familia”) no se convirtió en personaje a raíz de unas observaciones totales de la realidad, sino a raíz de unas observaciones parciales de la realidad. Es por eso que Marcial es no el resultado doblado de la realidad, sino el resultado sin dobleces, simplificado. El resultado es, por tanto, una copia limpia y pensada de la realidad, una cosa que no es nada, que es como si fuese nada porque no existe, esto es: la idea de un ideal que consigue, algunos sabrán cómo, integrarse en el mundo real, éste, que por su naturaleza debería ser y es más ordinario y extraño y repetido y nuevo que ese mundo de ideas al que me aferro: un mundo de metales pulidos desnudos sin telas.

Una parte de mí añora las cosas sucias, la maraña de hilos que envuelve las cosas, abrigo de enredos.

jueves, 22 de octubre de 2009

Silencio en el patio de butacas

Si tuviesen que grabarme mil cámaras (digamos que soy una concursante del reality o que termino, nadie sabe por qué, apareciendo en un programa-concurso-familiar): ¿Podría soportar tantos ojos, tantos ojos sin blanco, sin boca, sin cara? ¿Podría del mismo y de distinto modo soportar tantos ojos con blanco, con boca, con cara? Creo que ahora mismo lo único que podría soportar (esto es, sobrevivir con naturalidad) serían ojos invisibles. Y no demasiados, por favor.

sábado, 17 de octubre de 2009

Y creo que, y creo en

Hubo un momento en el que me dijiste: te amo. Todos lo escuchamos (y eso que me lo dijiste con los ojos), pero se optó por seguir con “el tema de conversación oficial” que, la verdad, no era nada interesante.

Hubo un momento en el que yo te dije riendo: ¿Sabías que me gustas? Jaja, pero muchísimo. Me devolviste la sonrisa y me diste un beso. Sí, sí que me lo diste. Aunque estabas nervioso (siempre ocurre), me diste un beso. Tu beso es cada segundo y todo. Te estuve besando durante toda la noche, no sé si te diste cuenta.

Quiero, quiero, que no pase nada. No sé lo que quieres, pero voy a amarte tanto siempre. Sonrío, y me duermo pensando que… Me duermo pensando en… Y sueño con…

martes, 6 de octubre de 2009

El título es: No sé qué título ponerle, así que cuando me pregunten diré: Sin título

Es inocente aquel capaz de convertir su culpa en algo bello. El asesino que hace una disertación lógica y a la vez emotiva de su conducta aparentemente caótica, que consigue comunicar lo incomunicable. Dar a luz. Pero recordemos que el inocente, por muy inocente que sea, no deja de ser culpable.

Humilde es aquel que se pregunta quién soy yo para hacer esto, si nadie me nombró director ejecutivo de nada. Se me ocurre que dios es la persona más humilde del mundo y que a veces anda triste, confuso, disperso. Preguntándose por qué conoce tan poco del trozo de mundo que le ha tocado “gobernar”, como si yo supiera cómo se hace eso. De verdad, no es tan difícil ponerse en Su lugar o en el del Otro.

sábado, 3 de octubre de 2009

Recién

Debe de existir un mundo donde todos los números es un número. Debe de existir un mundo donde el reduccionismo más radical fuese abarcarlo todo. Donde el resultado de esa reducción, en lugar de ser minúsculo, fuera máximo. Donde concretizar equivaliese a hablar en términos generales y la respuesta más inteligente fuese siempre un titubeo, al haber olvidado lo que son las preguntas. Debe de existir y existe, y es este mundo que toco.

viernes, 2 de octubre de 2009

La vida preguntando a la vida y la vida no responde

No es la tinta del papel la que dice las cosas, sino su ausencia (los espacios en blanco, los vacíos, las palabras que nunca se utilizaron) la que dice las cosas. No existe nada que diga las cosas, porque lo único que las dice no existe o es inaccesible. Con esto me refiero a cuando el hilo del conocimiento choca con muros invisibles, imposibles de traspasar. El hilo del conocimiento sabe que detrás de ese muro no-existe lo que lo dice todo, lo que despejaría la incógnita. Y se queda ahí, empujando, como un espermatozoide tauro que se empeña en seguir adelante, convencido de que logrará su objetivo.

Decirlo

1: Di qué tontico eres

2: Qué tontico soy

1: No. Di: "qué tontico eres"

2: Qué tontico eres

1: Por fin has sido sincero y ya sé lo que piensas sobre mí. No vuelvas a hablarme en tu puta vida. Adiós.

Mira, esto es lo que no está escrito.

“El destino está escrito, ¿no? Bien, pues en ese “libro del destino de las cosas” está escrito que tiene que decirse la frase, qué se yo, esta misma frase que yo acabo de decir.

Y los funcionarios del libro del destino de las cosas organizan algo así como un casting (al menos así se le llamaría en nuestro mundo, aunque no existe una traducción exacta) para elegir quién dirá esa frase, quién hará lo que está escrito. Porque lo que está escrito son las cosas, no las personas, hormigas obreras sin ningún fin en su propia existencia, resultados de un proceso de selección, carne sí o no despezada por las termitas de recursos humanos.
Quizá estuviese escrito que yo debía decir esto. O quizá esté escrito que lo diga otra persona, porque puede que todavía no se haya celebrado el casting.”

domingo, 27 de septiembre de 2009

Coñocosmos

Tengo un jigo que es un jigo universal. Tengo un coño que llega hasta Júpiter. Uso anillos vaginales que son de Saturno. Por mi coño se interesan muchos aficionados a la astronomía. Meten la cabeza dentro para observar el cielo y a veces la alzan para decirme: “Tienes un coño estelar, nena”. Y yo me parto de la risa. Y todo se mueve ahí dentro.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Vaivén

Tengo el recuerdo de una forma que cuando era pequeña me angustiaba mucho. Era una especie de sombra grande y alta, pero todo muy etéreo, como una silueta que podría asemejarse a un hombre con una capa o una gabardina y que está quieto detrás de una puerta o de un sitio oscuro, sin menearse. Recuerdo verlo e imaginarlo. Hace tiempo que no me acompaña, más o menos desde que salí de aquel mundo difuso de la niñez, pero a veces me imagino que soy vieja y me entra una de esas enfermedades en las que uno va perdiendo la conciencia y sumergiéndose en lo impreciso, y tengo miedo de que esa forma resucite y vuelva a hacérseme visible, como un flash back.

(O quizá ver eso durante la niñez era un flash forward).

Título

He pensado algo sobre si el miedo es la causa o la consecuencia. Lo he buscado en google, para ver si era algo dicho. Quizá esperaba encontrar una frase famosa que hablase sobre eso, de cine, de filósofo, de estudio antropológico publicado en todotesis.com. De aquí se derivan muchas cosas. Y muchas más. Segundo, a que se supone que creo que lo que pienso tiene tanta importancia como para pensar que alguien debiera haberlo dicho antes. Primero, a que se supone que me debe preocupar el hecho de que lo que yo digo lo haya dicho alguien antes que yo. ¿Existe algo no dicho? Si lo no dicho algún día se dirá, no existe algo no dicho.

El caso es que si yo hubiese buscado en google algo así como “miedo causa consecuencia” y no hubiese visto ningún texto que relacionara los tres términos en un mismo enunciado, me habría atrevido a escribir (si yo fuese otra persona, cosa que podría ser perfectamente y que no es imposible) algo así como:

- El miedo, ¿causa o consecuencia? (como de periodista)
- No sé si el miedo es la causa o quizá la consecuencia (como de teatro)
- ¿Son las consecuencias las causas del miedo? En tal caso, ¿Son las causas y las consecuencias la misma cosa? En ese caso… El miedo, ¿causa y consecuencia? (como de timador primero, toque de periodista al final)

Miedo a decir que tengo miedo

Porque si dijera: tengo miedo (con la letra o con la boca), cuando de verdad tengo miedo, y si lo dijese de verdad, de forma que todo el mundo lo entendiera (de una forma muy básica, para entendernos), si dijese eso así, traería consecuencias para el rededor. Onda expansiva de la bomba, poros que supuran miedo.

Un ejemplo sencillo es el de alguien que tiene un ataque para morirse y tiene que asistir, ineludiblemente, a qué se yo, a una comida de empresa. Y existe un momento en el que quieres gritar: “Tengo miedo, no sé qué hago aquí, estoy flipando porque no sé qué hago yo preguntándome cómo se coge un tenedor cuando de toda la vida he comido con cubiertos”. En ese momento, con esa gente, tengo miedo de tener ganas de decir: “Tengo un miedo que lo flipas”. Porque ciertamente lo fliparían bastante.

De adultas, entre las personas se miran más y se quieren menos.

Me necesito. Si no te miro, es que necesito mirarme. Y si no te escucho es que me interesa más lo que yo me cuento, al menos es mejor que aquello que continuamente escupes y que llamas palabras, palabras con palabras y dicen cosas que no escucho, porque no me interesan, porque no me hacen feliz tus palabras.

Me pregunto cuándo dejaré de necesitarme tanto como para tener que necesitarte, y también me pregunto si deseo que llegue ese día.

Si te digo la verdad, has conseguido que me esté muriendo de miedo.

viernes, 11 de septiembre de 2009

A veces pienso que nos gustan las personas misteriosas porque no nos gustan las personas.

No se me ocurre nada más bello que la espontaneidad, en su momento, en su lugar, como algo que destroza un orden. Diré que en espontaneidad no tienen por qué incluirse determinados rasgos semánticos, a saber, gracioso (que en realidad es payaso), inteligente (que es en realidad listillo). A veces diría que la espontaneidad es alegría y otras que desasosiego, diría que la espontaneidad es la verdad de uno mismo sacada al exterior de cualquier forma mucho peor que inconsciente: incontenible. Como un chorro de vida que sale por el cuerpo y que no siempre es “agradable o bello”, pero que deja entrever el estado real de la cosa. Y en ese estado puro es quizá donde resida la pura belleza.

No soy generosa con la mantequilla no porque no sea generosa, sino porque no me gusta la mantequilla.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Todos somos más que putas, reputas

Yo tenía nosecuántos años y era la época de los besos, de los chismes, de los chicos y de los malentendidos. La mayoría de mis amigas habían encontrado un chico guapo y algo mayor que nosotras, con moto y trabajo, al que besar durante horas en los parques, al que someterse agachadas tras los matorrales. Ellas se dejaban invitar a un trago de limón o de cerveza, o a una calada de porro o de cualquier otra droga que todavía no hubieran probado.
Tanto al chico como a la chica les gustaba exhibirse. Quedaban con más amigos y mientras todos charlaban, ella se apoyaba en las rodillas de él, él se apoyaba en el asiento de la moto, y torcían sus cabezas para poder besarse. En sus caras, de perfil por el beso, podían apreciarse los gestos de mandíbula que también hacen los actores de Hollywood, arriba y abajo, lento, con la seguridad de quien todavía no conoce los desastrosos efectos de la papada. Mientras se besaban, se imaginaban a sí mismos siendo fotografiados (si es que no lo estaban siendo ya en la realidad) y se veían jóvenes y limpios, con los labios mojados y afectación de naturalidad.

Yo miraba para otro lado y analizaba la escena con algo de envidia, pues yo siempre había gustado mucho del drama y estaba muy orgullosa de mi mandíbula, y siempre había querido hacer ese arriba y abajo, lento, sin papada, delante de más gente que admirase mis dotes para la interpretación.

Varios años después, o meses, quién sabe, la situación a la inversa. Encontré un hombre algo mayor y atractivo al que besar delante de más gente como se besan en Hollywood, y todos pudieron apreciar mi maravilloso movimiento de mandíbula y de labios y mi mirada supuestamente perdida en los ojos de él. Todo esto sucedió, quién sabe dónde, quizá en una discoteca. Mi amiga seguía con aquel chico, pero ya habían empezado a odiarse de verdad y se besaban menos, así que me miraba como la miraba yo a ella años atrás, con envidia.
A los días, me enteré por otra amiga en común de que me habían estado criticando, por lo visto habían dicho cosas como: "Pero míralos, cómo se besan, delante de tanta gente, como si se estuvieran muriendo, como si no tuvieran tiempo de besarse en casa, como locos. Se nota que no se quieren".

Al principio me enfadé muchísimo, pero sabía que en el fondo ella llevaba razón. Así que después de meditarlo, opté por no enfadarme. Al fin y al cabo, yo había hecho ese mismo comentario sobre ella años atrás, y podría decirse que no tenía derecho a exigir lealtad o respeto (o como quiera que se llame el no-criticar) si yo ya había hecho lo mismo antes. El problema residía en que mi amiga nunca se iba a dar cuenta de que sus palabras ya fueron pronunciadas por mí antes. Nunca se iba a dar cuenta de que sus palabras, que ella creía proyectadas hacia otra persona, eran en realidad un lapo gigante que ella había escupido al cielo. Ella nunca se iba a dar cuenta de que era una magnífica actriz de Hollywood que siempre sonreía en las fotos y que detrás de las cámaras se inyectaba heroína/drama familiar/desengaño amoroso. Lo típico.

Y, no sé, de esto puedo deducir varias cosas. Una de ellas es que el paso del tiempo no es motivo para evitar juzgarse a uno mismo, sino más bien lo contrario. Puede que estés libre de pecado, pero eso es porque todavía no ha llegado mañana (o porque padeces de amnesia).

lunes, 24 de agosto de 2009

[]

A veces, a veces no lo notas. Que cuando estamos hablando levanto mis piernas, me las pellizco, tuerzo el ojo, me muerdo las manos, tiemblo, en definitiva. A veces no lo notas y si lo notas, no dices nada.

Yo no escucho el sonido de las olas. Yo escucho el sonido de las olas y pienso "estoy escuchando el sonido de las olas".

sábado, 22 de agosto de 2009

en verdad, no se qué te estoy diciendo

En el periodico habia un espacio reservado, llamado "La columna del loco", donde escribían los locos que todavía no estaban lo suficientemente locos como para no escribir, y donde escribían cosas locas. Una vez uno escribió: "La abeja maya llevaba mallotes". Y nada más, el resto de la columna en blanco, 300 palabras menos. La gente pensaba que eso no tenía mucho sentido, pero como era "la columna del loco" nadie le echaba mucha cuenta.

Otra vez otro escribió: No tengo nombre, pero actúo como si lo tuviera, y me contoneo, porque es lo que hacen los humanos, contonearse, para que

Miro atrás y veo sombras negras, y oigo ruidos, y veo a personas dentro de coches, como disfrazadas de animal carnívoro, ataviadas con el metal punt

Qué raros son los coches, esas esferas deslizantes, ese mecanismo automovilístico, esa maquinaria rara, esa burbuja de aire con personas dentro, ese disfraz de animal carnívoro. Ese puntito de flipamiento de estar participando de otra cosa que se mueve, ese puntito de miedo que sube la adrenalina y convierte a la vida en algo raro e intenso.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Digamos que fue difícilmente insuperable

Qué decir de la conferencia, sino que fue un discurso aburrido, hostil, cargado de tensión, de palabras sin ganchos a los que asirse. Predestinado al fracaso.

De vez en cuando había problemas de sonido. Lo normal cuando hay problemas de sonido (y no hay ambiente de tensión) es que la gente aprovecha para hablar o para reírse o para moverse más de lo permitido, hasta que se soluciona el problema y vuelven a ocupar sus asientos, distendidos . Pero en este caso ocurre que cuando había problemas con los micrófonos, la gente se quedaba pegada en el asiento, no ladeaba la cabeza ni removía los labios. En fin, que el ambiente era un poco raro, como de gente con mucho poder o con mucha maldad o con algo así.

viernes, 31 de julio de 2009

[]

Si me gusta mirarme al espejo es simplemente porque amo la comunicación y me gusta estudiar todo lo que yo pueda usar como vía de expresión. El reflejo de mi gesto, y muchas veces (y aquí la visión ya no me agrada) el de la ausencia de mi gesto.

Me aburro sin ti. Ojalá no tenga que explicar esto dos veces.

La escritura es un riesgo porque se trata de mostrar las vísceras. Yo, que busco la compañía, me da miedo mostrar mis vísceras, no vaya a ser que alguien salte y diga: puaj, que asco tus vísceras! Y piensas: joder, me deshago por dentro delante de ti, para que distingas de mí mi disfraz. Y tú no solo no te desdisfrazas conmigo, sino que encima me reprochas algo sobre mi pamela exagerada o sobre mi sobreactuación en el 0:16.

La no-escritura (o lo que sería lo mismo, el no-pensamiento) es el miedo a la intimidad. Y el pensamiento(escritura) completo, sin censuras, sería la intimidad máxima, con uno mismo y con los demás.

Y la verdad es que todo esto es susceptible de discusión, cosa que me encanta y que hace que te quiera o te necesite o te ame infinito. (¡Porque eres el que me falta para el juego de la discusión, porque eres mi contrincante verbal!).

miércoles, 29 de julio de 2009

El juego de repetir

1: ???==

2: ???==

1: !!!

2: !!!

1: ¡Oiiiighhh! Venga ya, déjalo

2: ¡Oiiiighhh! Venga ya, déjalo

1: ...

2: ...

1: Eres un títere en mis manos

2: Eres un títere en mis manos

viernes, 3 de julio de 2009

Dios existe y habita en mi bazo

El problema, mi niño, es que la violencia llama a la violencia y la calma llama a la violencia.
Ya no saben guardarse la violencia dentro, hasta que ya se muere de sola y de vieja, de ineficaz, de desesperante vitalidad.

Dame un puñetazo en el estómago. Ayúdame.

miércoles, 1 de julio de 2009

"ser ya"

Si lo imposible es "todo lo que no es posible” y lo posible es algo que “puede llegar a ser”… Algo que “ya es”, qué sería, ¿posible o imposible?

La vida es imposible (y míranos: somos)

La vida es así y yo intento pintarla, pero ni por esas

Los padres llevan al niño al circo y pueden disfrutar del espectáculo, pero no miran a los elefantes. Al menos no como los mira el niño, que es con toda la atención. El adulto simplemente, si eso, ve a los a los animales y luego, si eso, dice algo sobre el maltrato animal o lo bizarro que parece un señor con látigo enfrentándose a unos leones. Los niños odian a los payasos, no sé cómo nadie se ha dado cuenta de eso todavía. El niño odia a un humano que se disfraza de una cosa para aparentar no ser humano, y que anda raro y hace gestos estudiados que no son graciosos. Pero el elefante y los leones, eso es otra cosa. El niño es el admirador mayor del mundo, en cuanto a su capacidad de atención hacia todo lo que es natural: la hilera de hormigas sobre las losas de la calle, los bichos bola, las mariquitas redondas o alargadas, los piojos, las moscas, los gusanos...

sábado, 27 de junio de 2009

, pero diré que

La queja de mi dualidad reside en que quiero que todo esté permitido pero al mismo tiempo lo critico ferozmente, como si quisiera deshacerme de ello. A veces me pregunto por qué critico, si no es para eliminar o prohibir lo que invalido (y bien sabe yo que no es eso lo que busco), y todavía no he encontrado una respuesta convincente (de hecho, ninguna respuesta a secas) a ese por qué, aunque sí he podido evidenciarme en algo: la alta capacidad para captar el fallo y observarlo, sin más, por simple y pura curiosidad.

Devuélveme la vida que me la has quitao

Me gustaría saber cómo haría un día para ser como todos los otros días si no estás tú. Como haría yo para sostenerme y para comunicarme si siempre estuviese sola y tuviese que.

No me gustaría saber cómo podría ser un día diferente, un día en el que tú no estuvieras y yo tuviese que reinventar mis gestos, aprender de nuevo a articular las palabras, porque se me ha olvidado cómo se vive y cómo moverme dentro de este mundo en el que tendrías que estar tú, que me enseñaste los gestos y la palabras y el movimiento de los ojos.

Ojalá nos quisiéramos siempre, como si fuera obligatorio.

miércoles, 10 de junio de 2009

Vista

Lo cierto es que nunca he sabido ser consciente de mis sentidos hasta el punto de saber describirlos, nunca he sabido describir un paisaje o un sabor, y no sé si es por incapacidad dialéctica o sensitiva. No sé si existe otra forma de describir un paisaje diferente a la de la publicidad, ni describo un sabor sin decir cosas como “es un regalo para el paladar” o “lo mejor que he probado en mi vida” (y por ello creo que no sé describir). Y ahora que empiezo a encontrarme vislumbro nuevas posibilidades, como que quizá yo no esté hecha para describir sentires o quizá para sentir.

martes, 9 de junio de 2009

Olores

Lo cierto es que no me apetece mirarte a los ojos. Quiero que duermas conmigo, quiero decirte que te quedes hasta que me duerma y que me des la mano. Quiero que se junten nuestras cabezas, y mirar tus pies o tus brazos o lo oscuro de las sábanas. Quiero saber que respiras aunque tengas los ojos cerrados, y hablarte mientras duermes, contarte que no quiero que te mueras nunca. Los ojos no sirven de nada en las distancias cortas, y para qué mirarnos si es mejor respirarse.

jueves, 28 de mayo de 2009

La locura es la absoluta soledad de la mente.

La primera vez que vi, no tuve la sensación de que sólo yo veía. Sólo yo tengo mis ojos, pero estoy segura de que los demás ven y viven con sus ojos lo mismo que yo veo y vivo con los míos. Pero hay veces que siento que sólo yo tengo mis ojos, que hay realidades reservadas sólo para ellos.

La función de la palabra es llegar, y como el loco ha perdido las palabras se queda siempre en el mismo sitio.

Arquetipos

El activo sufre porque piensa “No te comprendo”
El pasivo sufre porque piensa “No me comprendes”

miércoles, 20 de mayo de 2009

Diálogo VI

"He llegado a la isla desierta de las hojas, al territorio inexplorado. Y no había nada digno de tu interés."


Entrevistamos al autor de estas palabras:

1: ¿Cómo se le ocurrió la frase?

2: No sé. Lo primero era una sensación, lo que hay después del primer punto lo dije simplemente por decir algo con que terminar la frase.

1: O sea, dijo algo que ni le va ni le viene y que incluso le parece fuera de lugar.

2: Bueno… Sí, puede decirse que me parece fuera de lugar, pero tenía que terminar de alguna forma y pensé en que bah, eso quedaba graciosete.

1: ¿Por qué tenía que terminar de alguna forma? ¿Por qué terminar? Pudo haberla dejado incompleta y haber transgredido las normas de lo no-escrito. Dejarla inacabada, expresar, simplemente, la sensación.

2: Ya, pero no sé por qué, pero una voz minúscula me instó a hacer las cosas como es debido, es decir, siguiendo algún tipo de regla ya conocida. Así que decidí crear una viñeta de temática metafísica o “quehabladelmundointernooextraordinariodelhombre”, pero con un toque de humor,

1: Que nunca viene mal en los tiempos que corren…

2: Como un canalizador de vida. Como un soporte necesario de tanto peso inútil.

jueves, 14 de mayo de 2009

Piensa un número del 1 al 9

Piensa un número del 1 al 9, y me dices cuál has pensado mientras estés con gente y llegue tu turno de palabra.

Recreación de la situación estándar, más o menos:
-He pensado el número siete

, dices, cuando ellos callen. “¿Qué has dicho?” o similares te preguntarán.

-He dicho que he pensado el número siete, pero no estaba hablando con vosotros, sino con ella. (conmigo)



Más ejemplos, por ejemplo:
-Nos lo hemos pasado muy bien hoy

-He pensado el número siete.

-Jajaja, ¿qué dices?

------------------------------------------

-Pos ná, aquí estamos.

-¡A Pepa Mizin, que me dijo que pensase en un número, le digo: “He pensado el número siete”!

-¿Qué?


martes, 12 de mayo de 2009

[]

Me ha pasado que oigo el gorjeo de los pájaros por la mañana y pienso que es el sonido de cómo respiro. Para compensar, diré que cuando eso ocurre, pienso que ando alga mal dentro de mis pulmones y que me estoy muriendo.

[]

Yo era muy pequeña y contaré más o menos lo que de verdad recuerdo. Recuerdo que mi madre me hizo un bocadillo de foa gras para merendar, yo le di tres o cuatro bocaíllos y lo dejé en la cocina, en el frutero. Se hizo de noche y yo fui a darle un masaje en la espalda a mi madre, pero en mitad me entró hambre y recordé el bocadillo en el frutero. Fui y me llevé el bocadillo medio comío a la cama, el caso es que, no sé si dándole un bocao o apretándolo por los laos, un trozo de foa gras cayó a las sábanas. Y ese trozo de foagras adoptó la forma de una mano, como de una mano boca abajo haciendo posturas con los dedos. Es decir, el trozo de paté adquirió la forma de una mano que adquiría formas de otras cosas. Imitó el andar de dos piernas, alternándose en el paso índice y corazón, sobre las sábanas, con el resto del puño cerrado. Estuvo andando así sobre las sábanas hasta que llegó al borde de la cama y se cayó. Las sábanas eran de franela y tenían dibujados y coloreados elefantes de circo, todavía las tengo y me gustan mucho.

Patricidio

-Te ríes, pero eres una niña, y estás sola.
-Si es verdad que soy una niña, entonces vendrá alguien a salvarme.
-No, estás sola. No hay nadie, todos han muerto. Eres una niña y estás sola.

No se sabe lo que pasa después.

viernes, 8 de mayo de 2009

egonía

Estoy en un sitio encerrada pensando algo horrible sobre… y luego anuncian: atención a los televisores, hemos grabado a,,, pensando algo horrible sobre…

jueves, 7 de mayo de 2009

Las Hilanderas

Me propongo el juego de cambiarme los nicks con la siguiente regla. Los escribo dos veces.

Ejemplos:

Necesito obegrass – necesito obegrass
Carlos Baute is in me – carlos baute is in mi

Y de repente un día me encuentro escribiendo cosas como:

No sé – no sé
¡Soy feliz! - ¿Soy feliz?

(Ejercicio: Descubrir en qué momento se vendió la personalidad)

JJJJJJJAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSAAAAAAAANNNN

lunes, 6 de abril de 2009

[]

Líneas paralelas y perfectas(, en cuanto a la una con la otra). Líneas paralelas de movimientos iguales, de mismos principios y finales y de mismas batallas. Líneas que desean abrazarse, líneas que, siendo iguales, no entienden que las hayan separado o se hallen separadas. Almas gemelas de amor imposible, fina ironía matemática, carcajada infinita del cosmos.

Sin colorín colorado

Esto era un país en el que a los niños se les castigaba de brazos cruzados. Así los enseñaban desde pequeños a dos cosas: primero, a que el castigo es cosa mala (pues impide el juego y la cháchara), y segundo, a que el peor castigo es cruzarse de brazos. Con el tiempo, algunos de aquellos que en su día fuesen niños comenzaron a leer libros sobre autoayuda o sobre el significado de los gestos, y aprendieron o comprobaron que el gesto de cruzar los brazos era mal visto en sociedad e invitaba al rechazo. Y esos niños que habían leído esos libros se sentían avergonzados de cruzar los brazos, pues constataron su error. Luego había otros niños que, como solo aprendieron lo que les dijo el profesor y no leyeron libros sobre autoayuda pues se pasan el día castigados y se cruzan de brazos.

Ellos sois vosotros

Cuando no saben que si yo me expreso no es para que me juzguen ni me entiendan, sino para juzgarme y entenderme (y con ello, juzgaros y entenderos). Cuando no saben que es imposible su juicio, pues no juzgan nada hecho, sino algo en constante cambio. No es prudente juzgar en situación de bullicio: ¿Quién es aquel loco ignorante que pide cordura en medio del caos?

Coca y cola

No es diseño una imagen de una mujer de labios pintados y pierna levantada bebiendo una lata de coca-cola. No es diseño porque el creador no decidió el trazo de las líneas de los labios o de las piernas ni eligió los colores de los labios y la piel ni formó las curvas de las letras que dicen Coca-Cola. El “creador”, que se piensa que diseña, sólo se limitó a seleccionar algo que ya estaba ahí, una figura geométrica que rotó y anguló y que dispuso en el espacio a su gusto. Coge a la chica, coge el refresco, le pasa unos filtros (lo engalana). Se-lec-cio-naun color basándose en la realidad o rasgándola (un poco). Pero ni él inventó el color, ni él inventó la forma, ni el inventó (ni siquiera) los gestos. El amor por el icono no deja paso al amor por el arte, o con otras palabras, el arte convertido en icono deja de ser arte.

Lo peor es verlo de venih

Hay un MOMENTO cuando cagas en que notas cómo el trozo de caca se va soltando pero no oyes el plof que constata la separación. Es ese momento en el que notas el instante o la pura transición, es ese momento en el que eres consciente del camino hacia el desnudo. Para soltar la mierda hay dos opciones, una es doblar el tronco hacia abajo, intentándose a cuatro patas. La otra es mantenerse recto y serio y lograr soltar la caca haciendo uso de una templanza estoica. Yo termino siempre intentándome a cuatro patas.

Hoy he echao una ñorda no muy grande.

lunes, 30 de marzo de 2009

Acciones de hacer el amor:

- Cuando se folla, esto es, meter la picha dentro del chocho o la picha dentro de cualquier hoyo corporal, más o menos.

- Perdonando.
- Practicando la unión, unión que se estimula de forma continua reconociendo fallos y curando heridas. Admitiendo que el otro, como tú, puede cambiar, y adaptarse al cambio como la manta se adapta al cuerpo, intentando abarcarlo todo y procurando abrigo.

No life

Son esa clase de personas que te invitan a su casa y no te sacan de comer o te sacan una bolsa de BUGLES 3D después de tenerte dos horas contándote detalles de su anodina vida, vida que son tan incapaces de apreciar que creen que por contarla adquirirá un significado que o bien no tiene o bien ellos no le dan. Son esa clase de personas que te miran raro si les pides un vaso de agua, esa clase de personas que te saca un trozo de pan bimbo con media anchoa y te lo ofrece como una maravillosa cena. Esa clase de personas que te dicen: “Has cogido el trozo más grande”. Son esas personas que son agujeros negros, intentos frustrados de ser humano, aniquiladores de energía, vida marchita.

sábado, 21 de marzo de 2009

Pos cosas que se dicen

Una vez escribí lo siguiente en un documento Word:

Lo mejor es cagar fumandose un porrico y con la botella anís al lao.

La felicidad es imposible de compartir porque compartir significa ‘estar pendiente de’, y ‘estar pendiente de’ implica movimiento (aunque sea mental), y eso contradice mi idea de la felicidaad como quietud, reposo, de la felicidad como “lo mejor es estar en una nube sin moverse”

Y lo guardé.

[]

Cuando voy al báter, me tiro peícos buenos y echo buenos ñordones. 

domingo, 15 de marzo de 2009

[]

Existe un sentimiento raro (no raro como extraño, sino como extraordinario) y es el sentimiento en el que tú no sientes necesidad de moverte pero alguien te empuja. Cuando alguien te empuja caes, aunque tú no lo hayas decidido. No decidir caer y aun así caer es un poco extraordinario.

viernes, 13 de marzo de 2009

Éste es el cuento de la sorpresa

Este cuento os lo podéis contar vosotros mismos con vuestra imaginación, basta que imaginéis que un día algún blog famoso sobre tecnología o diseño (o ya no un blog, ¡sino un periódico digital o algo así!) un día de repente publicasen:

“Me estoy tirando un peíco bueno”

Y dejaran de publicar para siempre, como si nunca hubieran existido.
(O incluso que siguieran publicando, como si nada).

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"eso me lo dices en la calle" 341 resultados
"eso me lo dices a la cara" 236 resultados
"eso me lo dices mirandome a los ojos" 3 resultados

de puro lirismo

Habia una vez un niño que contestaba a los exámenes con especial lirismo. Le preguntaban la geografía, y te hacia una poesía. Utilizaba técnicas memorísticas llenas de puro lirismo, atribuía relaciones que eran puro paralelarismo . 
Su mente era puro ritmo, pura música

Total, lo típico de me preguntas la simbiosis y yo te respondo con un cuento sobre amor. Me preguntas el Renacimiento y yo te lo comparo con la primavera. Pura fantasía. Pero hubo un momento en que la pura fantasía se convirtió en
[a partir de aquí comienza el "NUDO"]

Me dice: En realidad creo que el nudo comienza un poco antes.

Cuento sietemesino, en el que podría estar hablando de amor

Había dos tipos de seres, los que se alimentaban de palabras y los que se alimentaban de personas. Los que se alimentaban de palabras eran, comúnmente, organismos ligeros. Se hinchaban, como los otros, pero era un hinchamiento diferente, como de globo. Se inflaban como un globo, que se muere con un simple pinchazo.
Los que se alimentaban de personas tenían el aspecto de rocas pesadas, parecían henchidos de orgullo e imposibles de mover.
Eran raros el uno para el otro, pero no había más tipos de seres.

[]

La literatura es, en su esencia, pensamiento. En ese supuesto, la función de la obra literaria sería la katarsis sólo si ésta se considerase como el conocimiento que obtenemos sobre nosotros mismos a través de la mutación que nos supone la identificación con el otro. En otras acepciones de la katarsis como vía de escape de pulsiones insatisfechas no estaríamos hablando de los efectos de la literatura, sino de los efectos de una terapia psicológica, de una medicina. Puesto que la medicina no proporciona conocimiento, sino cura, algo con función regenerativa no debería nominarse literatura, sino fármaco.

El pensamiento es poesía y ésta, como pensamiento es también ciencia. El pensamiento es belleza, porque busca aproximarse a lo real.

domingo, 1 de marzo de 2009

Gema

La belleza es un vehículo de transmisión de una realidad común que se convierte en precisa al comunicarse. Tanto el refrán como el libro son distintas expresiones de belleza, intentos de pulir la piedra para convertirla en diamante. La comunicación, que es belleza y cuya naturaleza consiste en pulir, elimina los restos no que considere imperfectos o sobrantes, sino que le resultan inabarcables, imprecisos (es el acto comunicativo tan preciso como abstracto). Es la comunicación la belleza el gesto una imitación de la realidad que se ansía pero no se tiene.

Es por eso que lo bello es lo que se aproxima a lo real.

domingo, 22 de febrero de 2009

El pensamiento del histrión analítico:

“Date cuenta, acaba de matarse haciendo una escenita graciosa y nadie la miraba”

(Piscis con ascendente virgo tenías que ser).

viernes, 20 de febrero de 2009

Honey

El análisis lleva, en muchos casos, a la tristeza. El orden es lo bueno y es lo que es, y cuando analizo y encuentro un fallo o un desconocimiento me veo obligada a tachar todo el ejercicio. Se nos obliga a maravillarnos ante la virtud y a obviar el fallo para ser felices, pero yo no veo por qué tengo que maravillarme ante algo que es normal y a pasar de largo ante lo que no encaja. No me divierte deleitarme en la visión parcial del paisaje que muestra una sola de las piezas del rompecabezas (curioso significante el que habla de romper, cuando el propósito es unir) y elijo la tristeza derivada de sumirme en el error para intentar solucionarlo sabiendo de antemano que no encontraré la solución o el método correctos.

Como profundamente soy analítica, profundamente borro todos los ejercicios que hago (niego a las personas) en el intento no de alcanzar el conocimiento, sino en el de devolverle a la realidad aquella pieza que le fue sustraída. Quiero pensar, o pienso, que también lo humano es abstracto y matemático, y ando triste porque estoy jugando a un juego cuyas reglas desconozco.

Como cuando puedo respirar no soy analítica, superficialmente pinto la realidad de modo impresionista, y con ello: risa, bienestar, condescendencia, abrazo.

Miel

Hay personas con las que te sientes incómodo y todo son virtudes. 
Hay personas con las que te sientes cómodo y todo son defectos.
A veces, me da por pensar que juzgamos a la luz de lo que pensamos que podría ser el futuro.

Yo estaría dispuesta a recordar tu olor (eso tú no lo sabes), y sin embargo me cuesta demasiado mirarte a los ojos.
A veces, me da por pensar que no sé juzgar. 

lunes, 9 de febrero de 2009

[]

La imaginación no vendrá a salvarme. (Si es libre, más bien lo contrario).

miércoles, 4 de febrero de 2009

[]

Cómo se tuvo que sentir el primero que pensó tal. Probablemente no sintió nada, porque probablemente nunca hubo una primera persona que. ¿Quién se inventaría el chiste? Ese chiste que cuentan distintas generaciones. Probablemente nadie. Probablemente siempre existió. El chiste es el nudo.

domingo, 1 de febrero de 2009

Bell

Lo para mí bello es lo que se aproxima a lo real. ¿Por qué es bello lo que se aproxima a la realidad en lugar de la realidad? Porque la realidad no puede ser para mí adjetivada. El adjetivo es tendencioso, está de parte de, se posiciona. Lo para mí bello es lo que se aproxima a lo real.
(Sabes que tú y yo somos, ante todo, una persona).

Graham

Antes había dos o tres profesiones: minero, arquitecto, panadero, sastre, no sé, varias más. Ahora se han inventado muchas otras: responsable de producción y calidad, técnico especialista en, supervisor externo, no sé varias más.

sábado, 17 de enero de 2009

Logotomía

Sucede algo bello. Y entonces alguien lo describe, como si fuese necesario para que los demás también lo vieran. 

Entonces oigo ecos:

¿Alguien más se dado cuenta de 
Magnífica la aportación de 
Sí, lo cierto es que

Y lo dicen para mostrarte todas esas posibilidades que tú obviaste por innecesarias o accesorias. Y te muestran el mundo que tú poseíste pero desechaste por puro desinterés, y te lo reciclan y te lo ponen delante de los ojos como si fuese algo nunca visto, como si fuesen ellos los dueños de esas palabras y tú sólo alguien que las acaricia de vez en cuando.

viernes, 16 de enero de 2009

Paredes

En la casa cada uno tenía su habitación, que era como uno mismo, con sus adornos y sus losas rotas y todas esas cosas. Todos sabían de la existencia de las losas rotas de la habitación del otro, porque entre ellos se contaban lo de las losas y además porque se veía, pues no se trataba tampoco de gente misteriosa y no les molestaba mantener la puerta abierta. El recuento de las losas rotas de cada habitación y los comentarios que vendrían al respecto: “Es que yo me trompiezo”  “Es que yo, aparte de trompezarme, sé que mi tía está enterrada justo debajo y me da miedo”, se hacía en las zonas comunes, que son comunes también a todas las casas normales. En un principio, ni en el salón ni en la cocina había losas rotas, y podría decirse que en esas zonas, que eran las visibles a todos los invitados, se vivía bien y sin trompezones.

Pero ocurría que a veces uno obligaba a otro a visitar su habitación, y le decía: “Mira mi losa. No, no, pero písala, pon el pie, quiero que sientas lo que yo siento” Y cuando el otro lo hacía, presionado por el uno, aparecía misteriosamente (ellos no sabían la razón) una losa rota en el salón, que más tarde y si la cosa se complicaba terminaría por aparecer también en la cocina y en los cuartos de baño.

También podía ocurrir de otro modo, aunque con los mismos resultados. A veces otro irrumpía sin permiso en la habitación de uno y le decía: “Bah, capaz de que tu tía Ana Gloria no esté enterrada aquí debajo, vayamos a comprobarlo” Y ante la sorpresa de uno, otro se acerca a la losa, profana la tumba y descubre que, o evidentemente ahí estaba la tía (inmóvil), o bien ahí debajo no quedaba constancia alguna de restos vitales, fósiles o cualquier cosa que se le asemejara a la tía Ana Gloria (ya fuera esto una baraja del Tarot o una cara de Bélmez), y cualquiera de estas dos posibilidades provocaría la misma reacción en el uno, que por generalizar se calificará como negativa (gritaba y se escuchaba, de cuando en cuando, la palabra “respeto”) y las mismas losas rotas en salón, cocina, aseos y terrazas.