viernes, 2 de octubre de 2009

La vida preguntando a la vida y la vida no responde

No es la tinta del papel la que dice las cosas, sino su ausencia (los espacios en blanco, los vacíos, las palabras que nunca se utilizaron) la que dice las cosas. No existe nada que diga las cosas, porque lo único que las dice no existe o es inaccesible. Con esto me refiero a cuando el hilo del conocimiento choca con muros invisibles, imposibles de traspasar. El hilo del conocimiento sabe que detrás de ese muro no-existe lo que lo dice todo, lo que despejaría la incógnita. Y se queda ahí, empujando, como un espermatozoide tauro que se empeña en seguir adelante, convencido de que logrará su objetivo.

2 comentarios:

  1. Me encantan los tauro, siempre tan quijotescos y obstinados ;P

    Me ha gustado mucho esta entrada. Me he sentido identificado. De hecho, me has hecho recordar algo que escribí hace tiempo y que casi había olvidado:

    http://nanasnegras.blogspot.com/2007/04/los-huecos-que-separan-las-palabras.html

    Saludos!

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