No es diseño una imagen de una mujer de labios pintados y pierna levantada bebiendo una lata de coca-cola. No es diseño porque el creador no decidió el trazo de las líneas de los labios o de las piernas ni eligió los colores de los labios y la piel ni formó las curvas de las letras que dicen Coca-Cola. El “creador”, que se piensa que diseña, sólo se limitó a seleccionar algo que ya estaba ahí, una figura geométrica que rotó y anguló y que dispuso en el espacio a su gusto. Coge a la chica, coge el refresco, le pasa unos filtros (lo engalana). Se-lec-cio-naun color basándose en la realidad o rasgándola (un poco). Pero ni él inventó el color, ni él inventó la forma, ni el inventó (ni siquiera) los gestos. El amor por el icono no deja paso al amor por el arte, o con otras palabras, el arte convertido en icono deja de ser arte.