jueves, 29 de octubre de 2009

Hay una forma muy rara en la puerta

Creo que una de las diferencias básicas entre niños y adultos es el tamaño. Al niño se le ofrecen muchos refugios en los que esconderse (bajo mesas, bajo camas, “escondidos” de pie tras la barra del bar) y también muchas formas sobre las que saltar o escalar (sobre mesas, sobre camas, por las rejas de las puertas grandes y las verjas). Y el niño explora y se esconde y explota. Y ya ni escala ni se esconde porque vive a base de flashbacks y de flashforwards y sólo le apetece tumbarse y descansar.

viernes, 23 de octubre de 2009

Mácula pura

Qué importantes son las series de televisión. Consiguen alimentar al ser humano de todas las palabras que podrá decir a lo largo de su vida. Con ver una sola temporada de cualquier serie de tv estamos preparados para enfrentarnos a un desamor, a un vacile, a una mirada inquisitiva. Lo mismo ocurre con los libros, la televisión, los oradores, la escucha atenta a esto y lo otro. Uno no es el mismo cuando descubre, tras ver cierta película, que las palabras pueden resultar cruciales a la hora de conformar con nuestra imagen. Decir cosas bonitas y con sentido, de tal forma que parezca sonar la música de John Williams de fondo. Los que no leen libros puede que nunca alcancen a expresar con su cuerpo tanto “lirismo” o “poesía”. Y yo pienso que la mayor poesía son tus miradas tímidas, tus intentos básicos, tus gestos que sin saberlo llaman a mis gestos.

Marcial (el de “Médico de familia”) no se convirtió en personaje a raíz de unas observaciones totales de la realidad, sino a raíz de unas observaciones parciales de la realidad. Es por eso que Marcial es no el resultado doblado de la realidad, sino el resultado sin dobleces, simplificado. El resultado es, por tanto, una copia limpia y pensada de la realidad, una cosa que no es nada, que es como si fuese nada porque no existe, esto es: la idea de un ideal que consigue, algunos sabrán cómo, integrarse en el mundo real, éste, que por su naturaleza debería ser y es más ordinario y extraño y repetido y nuevo que ese mundo de ideas al que me aferro: un mundo de metales pulidos desnudos sin telas.

Una parte de mí añora las cosas sucias, la maraña de hilos que envuelve las cosas, abrigo de enredos.

jueves, 22 de octubre de 2009

Silencio en el patio de butacas

Si tuviesen que grabarme mil cámaras (digamos que soy una concursante del reality o que termino, nadie sabe por qué, apareciendo en un programa-concurso-familiar): ¿Podría soportar tantos ojos, tantos ojos sin blanco, sin boca, sin cara? ¿Podría del mismo y de distinto modo soportar tantos ojos con blanco, con boca, con cara? Creo que ahora mismo lo único que podría soportar (esto es, sobrevivir con naturalidad) serían ojos invisibles. Y no demasiados, por favor.

sábado, 17 de octubre de 2009

Y creo que, y creo en

Hubo un momento en el que me dijiste: te amo. Todos lo escuchamos (y eso que me lo dijiste con los ojos), pero se optó por seguir con “el tema de conversación oficial” que, la verdad, no era nada interesante.

Hubo un momento en el que yo te dije riendo: ¿Sabías que me gustas? Jaja, pero muchísimo. Me devolviste la sonrisa y me diste un beso. Sí, sí que me lo diste. Aunque estabas nervioso (siempre ocurre), me diste un beso. Tu beso es cada segundo y todo. Te estuve besando durante toda la noche, no sé si te diste cuenta.

Quiero, quiero, que no pase nada. No sé lo que quieres, pero voy a amarte tanto siempre. Sonrío, y me duermo pensando que… Me duermo pensando en… Y sueño con…

martes, 6 de octubre de 2009

El título es: No sé qué título ponerle, así que cuando me pregunten diré: Sin título

Es inocente aquel capaz de convertir su culpa en algo bello. El asesino que hace una disertación lógica y a la vez emotiva de su conducta aparentemente caótica, que consigue comunicar lo incomunicable. Dar a luz. Pero recordemos que el inocente, por muy inocente que sea, no deja de ser culpable.

Humilde es aquel que se pregunta quién soy yo para hacer esto, si nadie me nombró director ejecutivo de nada. Se me ocurre que dios es la persona más humilde del mundo y que a veces anda triste, confuso, disperso. Preguntándose por qué conoce tan poco del trozo de mundo que le ha tocado “gobernar”, como si yo supiera cómo se hace eso. De verdad, no es tan difícil ponerse en Su lugar o en el del Otro.

sábado, 3 de octubre de 2009

Recién

Debe de existir un mundo donde todos los números es un número. Debe de existir un mundo donde el reduccionismo más radical fuese abarcarlo todo. Donde el resultado de esa reducción, en lugar de ser minúsculo, fuera máximo. Donde concretizar equivaliese a hablar en términos generales y la respuesta más inteligente fuese siempre un titubeo, al haber olvidado lo que son las preguntas. Debe de existir y existe, y es este mundo que toco.

viernes, 2 de octubre de 2009

La vida preguntando a la vida y la vida no responde

No es la tinta del papel la que dice las cosas, sino su ausencia (los espacios en blanco, los vacíos, las palabras que nunca se utilizaron) la que dice las cosas. No existe nada que diga las cosas, porque lo único que las dice no existe o es inaccesible. Con esto me refiero a cuando el hilo del conocimiento choca con muros invisibles, imposibles de traspasar. El hilo del conocimiento sabe que detrás de ese muro no-existe lo que lo dice todo, lo que despejaría la incógnita. Y se queda ahí, empujando, como un espermatozoide tauro que se empeña en seguir adelante, convencido de que logrará su objetivo.

Decirlo

1: Di qué tontico eres

2: Qué tontico soy

1: No. Di: "qué tontico eres"

2: Qué tontico eres

1: Por fin has sido sincero y ya sé lo que piensas sobre mí. No vuelvas a hablarme en tu puta vida. Adiós.

Mira, esto es lo que no está escrito.

“El destino está escrito, ¿no? Bien, pues en ese “libro del destino de las cosas” está escrito que tiene que decirse la frase, qué se yo, esta misma frase que yo acabo de decir.

Y los funcionarios del libro del destino de las cosas organizan algo así como un casting (al menos así se le llamaría en nuestro mundo, aunque no existe una traducción exacta) para elegir quién dirá esa frase, quién hará lo que está escrito. Porque lo que está escrito son las cosas, no las personas, hormigas obreras sin ningún fin en su propia existencia, resultados de un proceso de selección, carne sí o no despezada por las termitas de recursos humanos.
Quizá estuviese escrito que yo debía decir esto. O quizá esté escrito que lo diga otra persona, porque puede que todavía no se haya celebrado el casting.”