sábado, 17 de octubre de 2009

Y creo que, y creo en

Hubo un momento en el que me dijiste: te amo. Todos lo escuchamos (y eso que me lo dijiste con los ojos), pero se optó por seguir con “el tema de conversación oficial” que, la verdad, no era nada interesante.

Hubo un momento en el que yo te dije riendo: ¿Sabías que me gustas? Jaja, pero muchísimo. Me devolviste la sonrisa y me diste un beso. Sí, sí que me lo diste. Aunque estabas nervioso (siempre ocurre), me diste un beso. Tu beso es cada segundo y todo. Te estuve besando durante toda la noche, no sé si te diste cuenta.

Quiero, quiero, que no pase nada. No sé lo que quieres, pero voy a amarte tanto siempre. Sonrío, y me duermo pensando que… Me duermo pensando en… Y sueño con…

3 comentarios:

  1. Que buena la expresión: voy a amarte tanto siempre.

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  2. Sin embargo, a mí me fascina lo de: "Todos lo escuchamos (y eso que me lo dijiste con los ojos)" y lo de: "Te estuve besando durante toda la noche, no sé si te diste cuenta."

    Perfecto. Eres (muy) buena Pepa captando instantes, sensaciones: mejor cuanto más fugaces.

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  3. Esto es una maravilla en general. Me gusta cómo se entiende el amor inocente, el amor tierno, el amor de verdad. Me gusta sobretodo porque su naturaleza hace que no tengan cabida verdad, inocencia o ternura dado que su opuesto es simplemente irracional y, al no existir alternativa, hace de esas cualidades hechos inmutables arraigados a la condición de amar.
    "No folla, ama, porque para ella follar es amar".

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