miércoles, 10 de junio de 2009

Vista

Lo cierto es que nunca he sabido ser consciente de mis sentidos hasta el punto de saber describirlos, nunca he sabido describir un paisaje o un sabor, y no sé si es por incapacidad dialéctica o sensitiva. No sé si existe otra forma de describir un paisaje diferente a la de la publicidad, ni describo un sabor sin decir cosas como “es un regalo para el paladar” o “lo mejor que he probado en mi vida” (y por ello creo que no sé describir). Y ahora que empiezo a encontrarme vislumbro nuevas posibilidades, como que quizá yo no esté hecha para describir sentires o quizá para sentir.

2 comentarios:

  1. La culpa de todo la tienen Hollywood y los noticiarios. Durante la segunda mitad del siglo XX y hasta ahora, percibimos las cosas exactamente como ellos han querido.

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  2. Quizás exiges demasiado orden en tus descripciones: sólo existe el paisaje que tú ves. Es menos importante ser efectiva que ser brutalmente honesta en tu descripción. Mi humilde consejo es que escribas exactamente lo que ves, sin pensar en el lector, sin pensar en tí misma: desahoga el caudal: juega :)

    La felicidad y la libertad que te reporte ese ludismo será mucho mayor y más gratificante que cualquier exactitud que logre tu descripción.

    Gracias por darte una vuelta por mi blog. Ahora ya sé quién me leía :)

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