jueves, 12 de noviembre de 2009

Comunicando

Las palabras son como ropajes que se hacen para abrigar a los conceptos. Quiero poder tejer una prenda que se le pegue al cuerpo, que se adapte a sus formas exactas. Sanguijuelas de lana.

La comunicación pura no existe sino es en el contacto directo entre dos almas. En la conversación ordinaria, la boca traduce lo que dice la mente y la comunicación entre bocas parece más una conferencia, un simposium lejano, que un verdadero intercambio, o comprensión, entre seres. Pocas veces, por no decir ninguna, habremos sido uno.

Prendas holgadas, abrigos de nadas.

5 comentarios:

  1. A veces, las palabras se posan sobre las cosas como una mariposa sobre una flor, y las recubren de colores nuevos.

    Sin embargo, cuando pienso en tu nombre, eres tú quien le da a la palabra color, aroma, vida.

    ¿Qué sería tu nombre sin ti?

    Igual que la palabra rosa sin la rosa:
    un ruido incomprensible, torpe, hueco.

    (Ángel González)

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  2. En este me he liao, Pepa. Por Dios, qué enrevese.

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  3. Hola Blumm, joder, llevo todo el dia encontrándome contigo, jajaa.

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  4. Por aquí será fácil. Me gusta leer a Pepa, la verdad

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  5. Pero las palabras a veces, siguen su propia geometría: en ocasiones, cuando mejor se adaptan, cuando más fielmente describen un sentimiento, es cuando menos parecen estar hablando de él. Otras veces, el más preciso de los lenguajes, en apariencia, no es sino un burdo sayón puesto encima de la realidad. Quizá sea esa sorprendente cualidad lo que tanto nos atrae de ese arte, tan viejo como el mundo, de combinar palabras y sentimientos.

    Y ser uno con otro, solo ocurre en fugaces momentos y siempre trasciende las palabras. Todas.

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