martes, 26 de abril de 2011

¿De qué color es lo que tienen los delfines por dentro?

Los niños son gente magra brillosa. Si les pregunto a cien niños qué ven en este hábito, en tal escena, en aquel mundo, obtendré, casi con total seguridad, alrededor de unas setenta respuestas diferentes. Con cien adulterados obtendré dos o tres respuestas, a lo sumo. Algo sobre que el amor siempre se repite, sobre que en cada enamoramiento hay algo de actitud postadolescente.

Entonces habría algo de magia silenciosa en todas esas butacas, en todas esas albricias sumergidas en un espasmo espasmódico y vitrial, en las agallas subterráneas e híbridas, frígidas de un desconsuelo único y prácticamente enterrado, entero.

En toda esa rapidez no sé qué encuentro, si encuentro. Inerme.

3 comentarios:

  1. Cada vez te encuentro más críptica, Pepi. De todas maneras me gustan tus batidos de palabras. Son refrescantes.

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  2. Practico (un poco) eso que llaman escritura automática. Gracias por pasarte, si pudiera te sacaría un refresco o unas pastas...

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  3. Mil gracias, jajajaja. Creo que siempre te ha fascinado la cosa esa de la escritura automática. Hasta me parece recordar que lei un texto tuyo, casi de la infancia, que ya iba de ello, oyes. Que en su día me gustó, dicho sea de paso.

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