miércoles, 10 de diciembre de 2008

[]

Como una coneja
paro versos.
Pero todos los hijos
me salieron subnormales.

8 comentarios:

  1. No había pasado nunca por aquí, qué bien descubrirte, me gustan las cosas hechas con sentido del humor. ¡Viva! ¡Viva!

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  2. Yo, en cambio, soy un médico abortista ilegal de poesía. De mis propios retoños, se entiende.

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  3. Una nueva forma de nazismo, sir Laporte. En el supuesto poético y en el supuesto real. ¡Mirado así, qué bien! La poesía se pare, y uno ha de quererla, venga como le venga.

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  4. "Una nueva forma de nazismo, sir Laporte. En el supuesto poético y en el supuesto real. ¡Mirado así, qué bien! La poesía se pare, y uno ha de quererla, venga como le venga".

    No he entendido nada.
    Suyo,
    Sr. Laporte

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  5. ¿No le parece un poco nazi eso de abortar al hijo por subnormal? A eso me refería, chato.

    Bueno, leo mi mensaje y queda un poco raro... "Mirado así, qué bien" (el hecho de que eso sea nazismo y que, por tanto, me parezca mal y lo rechace y que, por eso, ame a todo el mundo.

    ¡Chotones fuera!

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  6. Vale, se refería a lo la eugenesia poética. Pensé que se refería a mis abortos poéticos, y por eso no entendía.

    Amoh a ver, la procreación de seres humanos es bella per sé, sea éste subnormalico o superdotado. La procreación de poesía debe tender a la eugenesia y no dar a luz fetos líricos, por el mero hecho de haber sido alumbrados. Sí al nazismo poético!

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  7. Pues en estos temas de eugenesia poética estoy un poco con la Sra. Mizin: una vez paridos… ¡Ah! ¡Se siente…! Pero coincido con el Sr. Náufrago en que debe evitarse, en lo posible, la presencia en el mundo de seres (poéticos) deformes. Por eso yo recomiendo vivamente la abstinencia como método mucho más sano de evitar sufrimientos poéticos innecesarios. Como este método es muy penoso de llevar a la práctica, podemos ayudarnos de algunas buenas y sanas costumbres, como por ejemplo: habituarse a no pensar con rima, no llevar encima bolígrafos, lápices ni (¡por supuesto!!) Moleskines, alejarse de teclados en épocas depresivas, no escuchar canciones de Jarabe de Palo (acción esta muy recomendable en cualquier circunstancia), imaginarse a nuestro profesor favorito leyendo nuestras (presuntas) poesías, tomar inmediatamente un ducha fría (pero helada, helada…) después de efectuar ciertas lecturas… (no quiero entrar en detalles poéticamente escabrosos), ajustar el tamaño de línea de nuestro procesador de texto al menos a 80 posiciones, y cosas por el estilo. Que les vaya bien…

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