martes, 24 de noviembre de 2009

Vivo en muerte

Como una mano que se abalanza (con una servilleta o un papel para no mancharse, porque le da asquillo) sobre el mosquito, así la mano de dios caerá sobre nosotros.

Él fue tan pequeño (en ese momento)… Los nervios que a él le azotan implacables a mí no me afectan. Él es tan pequeño a veces, se quiere tan poco. Quizá es poco sincero. Quizá ha sufrido mucho en la vida o ha visto en sueños el cadáver de su hijo (que no tiene pero que quizá algún día tenga) de 20 años ahorcado, o su cuerpo chafado contra la acera. Quizá vio, siendo un niño, los arañazos que su padre dejó marcados en la pared con sus uñas milisegundos antes de que su cabeza explotara contra unas losetas de patio interior.

1 comentario:

  1. ¡Joer!¡Que gore! Anda, que se te ocurre cada cosa... ¡A ver si charlamos un ratillo un día de estos!

    ResponderEliminar