martes, 5 de enero de 2010

Lo bueno de algunos errores es que algunas veces no se notan

Hay una cosa de la que todavía parece no ser capaz la escritura, que es la de representar la simultaneidad. La música es otra cosa, los sonidos se simultanean, vienen unos y vienen otros por diferentes vías, y se mezclan. En eso se parece al pensamiento. Siempre había atribuido el pensamiento al lenguaje de las palabras. Qué tonta, el pensamiento es todos los lenguajes, incluido el lenguaje de la música. (¡He vuelto a ser tonta, porque la palabra también es todos los lenguajes, así que el pensamiento siguen siendo las palabras, vale. Vuelta.). Qué raros son los sonidos. El sonido es ambiental. El sonido son los pensamientos que tropiezan y se mueven por el aire que está dentro de la cabeza que es el mundo. A ver qué dice.

Y qué raras son las palabras, por ejemplo esta. Porque, ¿qué son las palabras? Podría decir que por una parte son visión las letras y son sonidos los fonemas (de la palabra), pero una palabra no puede ser visión o sonido, una palabra tendría que ser palabra por sí misma, sin necesidad de ser otras cosas. La palabra es palabra por sí misma, me dices, pero la visión y el sonido son sus canales de representación. De acuerdo, ¿entonces la palabra qué es? La palabra es la cosa.

Me pregunto si existe cosa o ser o cosa en el mundo que lo sepa todo. Me pregunto qué siente quien sabe. Nos creemos dios y lo somos, pero dios es limitado, aunque no conozca los límites.

Todo dice algo. Pero si todo dice algo, todo dice algo y algo también dice algo, porque si todo dice algo, algo también debe decir algo. Y todo es decir otra cosa y entonces no hay nada que diga nada, nada cuya existencia sea, en el más estricto de los sentidos, insignificante.

Sucesión infinita de significados desconocidos. Intrascendental.

7 comentarios:

  1. Yo escribía en simultáneo en mi etapa infantil-escolar cuando cogía hasta cuatro lápices a la vez y escribía palabras multicolores cuádruples. Coño, Pepa, eso es la simultaneidad en la escritura.
    Besos y Feliz 2010.

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  2. Jajajaja, supongo que todo es cuestión de tener habilidad con las manos.

    Gracias Blumm, y muy feliz año para ti también.

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  3. Fascinante este tema de la semiología. Quizá porque el ser humano empezó viendo en su mente un reflejo de los objetos reales del exterior, o sea, un símbolo mental de una cosa real. Más tarde a este símbolo le asoció un sonido de su boca. Una palabra: un símbolo sonoro del símbolo mental de una cosa real. Y mucho más tarde a este nuevo símbolo le asoció unas rayas en arcilla. La escritura: un símbolo físico, de un símbolo sonoro, de un símbolo mental de una cosa real.

    Es posible que, en realidad, la palabra no sea la cosa, pero hemos puesto tanto de nuestra esencia como especie en ese empeño que, en efecto, puede que la mayor parte de las veces nos resulte indistinguible.

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  4. ¿Entonces la cosa es la cosa? ¿Qué es la cosa?

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  5. Claro. En realidad las palabras no existen, así que es como jugar con hilos imaginarios.

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  6. Buenas tardes Pepa Y Carlos ¿Estudiais filosofía, filosofía del lenguaguaje?

    Carolina

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  7. Hola Carolina: Estoy matriculada en Filología Hispánica, aunque soy tan vaga que no hago nada (este cuatrimestre me pongo, lo típico). Pero no, no estudio filosofía del lenguaguaje, y Carlos tampoco, aunque seguramente algo del tema sepa, pues es un hombre muy leído y que vale pá tó.
    Un saludo.

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