viernes, 11 de septiembre de 2009

A veces pienso que nos gustan las personas misteriosas porque no nos gustan las personas.

No se me ocurre nada más bello que la espontaneidad, en su momento, en su lugar, como algo que destroza un orden. Diré que en espontaneidad no tienen por qué incluirse determinados rasgos semánticos, a saber, gracioso (que en realidad es payaso), inteligente (que es en realidad listillo). A veces diría que la espontaneidad es alegría y otras que desasosiego, diría que la espontaneidad es la verdad de uno mismo sacada al exterior de cualquier forma mucho peor que inconsciente: incontenible. Como un chorro de vida que sale por el cuerpo y que no siempre es “agradable o bello”, pero que deja entrever el estado real de la cosa. Y en ese estado puro es quizá donde resida la pura belleza.

No soy generosa con la mantequilla no porque no sea generosa, sino porque no me gusta la mantequilla.

6 comentarios:

  1. "Como un chorro de vida que sale por el cuerpo"

    :D

    Es menester abrazar también a los que tiesos, a los que no pueden ser sino otra cosa. Sonreírle a todo lo que vive en eterna persecusión de una farsa. Aplaudirnos todos, congratularnos de que, sea como sea, somos "como un chorro de vida que sale por el cuerpo".

    (Me encantó esa frase)

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  2. Ni siquiera tiene por qué incluir la sencillez.

    A mí me gustan las galletas fontaneda porque me parecen de lo mas espontáneas. Soy generosa con ellas y ellas conmigo. Tenemos una gran relación.

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  3. Jajajajaja, qué raro... Yo muchas veces siento que no puedo "ser sino otra cosa". Muchas veces pienso que la verdad de uno puede ser el mimetismo o algo por el estilo. Pero luego pienso que el mimetismo es lo que se usa para despistar a los depredadores, y no puedo evitar sentirme débil por comportarme como un camaleón en lugar de como un león. (Creo que me he desviado del tema, jajajaa).

    En cualquier caso, me gusta que la gente chorree.

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  4. Chorreico del bueno. Tengo ganas de invitarte a una pizzeta.

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  5. Dices cosa buena todo el rato, pero creo que me gustaría que hubieses desarrollado más la frase del título. Cuando la he leído, he interpretado que "nos aferramos a lo místico porque tememos a lo real", teniendo en cuenta que "lo real puede decepcionarnos con su insulsez, de haberla, acabando con nuestras preconcepciones e ilusión", que "lo real es definitivo, es claro, no deja lugar a dudas, no da opción a la razón a volar. No es liberador".
    Nos gustan las personas místicas porque no son reales (o completas), porque no cohartan nuestra libertad (dando respuesta a cualquier pregunta, sembrando el terorífico silencio en nuestro interior).

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  6. Joder Aida, la verdad es que yo no lo habría expresado mejor. Sí, es eso. Pienso que el misterio envuelve a la persona para que deje de ser persona y pasar a ser, de ese modo, misterio. Una persona sin misterio es una persona expuesta de forma completa a la luz. Y la luz completa y real... Ciega, duele... Y quizá ni siquiera exista.

    "Dando respuesta a cualquier pregunta, sembrando el terorífico silencio en nuestro interior" (Esto me ha encantao).

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