jueves, 18 de marzo de 2010

En casa de herrero, cuchillos de palo

No quiero pintarme los labios de rojo.

Ni decir palabras vanas que te provoquen (y me provoquen, entonces) una sonrisa.

No quiero que se entienda de una manera: la mía.

Quiero mirar a un árbol, y emocionarme.

¿Dónde estoy? ¿Qué hacemos? ¿Por qué no salgo a pasear?

¿Por qué me hiciste así?

Lucha continua y pensada, sobre todo prensada.

Desearía no engañarte para así poder tenerte.

JA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario